¿Qué sentimos cuando llueve?

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Nos despertamos. Miramos por la ventana y vemos que llueve. Casi de manera automática activamos nuestra alarma de la queja y sacamos a pasear nuestro mal humor. Se nos quitan las ganas de hacer cosas y nos dejamos invadir por la nostalgia. Sin embargo, si al abrir los ojos vemos que por la ventana asmonan unos rayos de sol, nos llenamos de energía, sonreímos y comenzamos a planificar actividades para hacer en el día.cuando llueve

¿Quién no se siente identificado con estas reacciones? Nuestro estado emocional depende de varios factores internos y externos. A los problemas habituales que condicionan nuestro día a día, hay que sumarle otra variable que influye también en nuestro ánimo: el clima. Lógicamente, a todas las personas no le afectan de la misma manera.

Digamos que no es el detonante de una actitud negativa, ni que haga que te pongas triste, sino que acompaña y aumenta determinadas situaciones personales por las que estés pasando. Pero ¿por qué? Hay una explicación científica, que explica como los rayos del sol, al entrar en contacto con nosotros nos aportan energía con la Vitamina D. Y es esa la energía que nos falta en los días de lluvia.

Pero sin embargo en mi opinión va mucho más allá, un color gris, un día frío, las calles mojadas, nos llevan a unas circunstancias de poco brillo, lúgubres y molestas. Aunque sin duda para mi, sólo aumentan una situación de malestar anterior. Si bien es cierto que nada más ver que llueve, decir algún ‘taco’ y que la pereza se apodere de nosotros. Pero si arrastramos una mala situación personal, cuando llueve esta se hace más aguda, nos parece que el universo se pone en nuestra contra, y que la metáfora de «sale el sol» con tu situación particular, ya no es ni una metáfora, ahora es literal.

Sin embargo a mi me ha pasado también lo contrario. Situaciones en las que se me había dado muy bien lo que fuera, estar tremendamente feliz, y al salir a la calle ver que llueve, mirar al cielo, disfrutar de la lluvia mojando mi cara, y por poco no ponerme a bailar como Gene Kelly en «Cantando bajo la lluvia».

Por lo tanto no hay que culpar a la lluvia de situaciones emocionales, debemos ser nosotros quienes controlemos todas las circunstancias, y disfrutar de un día lluvioso como de cualquier otro día. Además, estaréis conmigo en que la mayoría de escenas históricas de amor, han sucedido en escenarios con lluvia, aquí os dejo uno de mis favoritos. Espero que os guste.