“No puedo”, “no estoy hecho para esto”, “está por encima de mis posibilidades”, “soy tonto”, “no tengo buen estado físico”, en definitiva, “no”. Estas son las típicas frases que se utilizan para autoconvencerse a uno mismo cuando se considera que no puedes cumplir tus sueños, tus metas.
Esta es la vía fácil, muchas personas optan por ello de manera automática y luego siempre se arrepienten de no haber hecho una y otra cosa, sin realmente darse cuenta que si no han cumplido sus sueños es porque no han puesto de su parte para cambiarlo.
En el mundo en el que vivimos, nunca es tarde para nada, si se quiere estudiar, puedes hacerlo hasta con ochenta años, si quieres correr un maratón y llevas años sin hacer ejercicio, puedes coger fondo con constancia día a día, así con muchas más situaciones.
El error está en cortarte las alas tú mismo, el rendirte sin intentarlo, en marcarse límites. Porque esta claro que si tu mismo no confías en ti, ¿quién va a hacerlo?.
“El fracaso no es fallar, el fracaso es no intentarlo”.
Realmente los obstáculos los pone la naturaleza, con ciertas circunstancias que te hacen no poder hacer las cosas como por ejemplo una enfermedad o una minusvalía, pero si por suerte no te encuentras en este tipo de situación, no seas tú el que te pongas los límites.
Se acabó poner pegas a todo, las palabras “no” y “pero” deben desaparecer de nuestro vocabulario. A partir de ahora, la actitud ha de cambiar, con motivación, esfuerzo y constancia, se debe intentar conseguir todos nuestros objetivos.
No te empequeñezcas tu mismo, ni tampoco dejes que te empequeñezcan los demás. Toda persona es un diamante en bruto, que hay que saber pulir.